Cuando un artista muere, no lo hace del todo, queda el legado de su obra, su espíritu y su mente creadora.
Es el caso de Mauricio Pichuante Olguín quien nos dejó nuestra preciosa escultura «Quijote y los niños» y que no solo es materia tangible, «hermosa madera profunda» sino un símbolo que nos representa, que habla de nuestro colegio y su impronta.
Rendimos un homenaje al escultor Mauricio Pichuante por su conexión con las raíces y lo esencial, por haber estado aquí y ser parte de nuestra comunidad, por haber dejado la imagen en madera de nuestro Quijote eterno.